Etapas del aṣṭāṅga yoga de Patanjali: un camino hacia la libertad

Es muy probable que, cuando tomes la decisión consciente de comprometerte con tu crecimiento y transformación, necesites una guía para no sucumbir en los momentos difíciles. Por eso, en este artículo, te hablo de los 8 pasos del yoga, aṣṭāṅga yoga, de Patanjali, un medio para estar en todo momento presente con tu propio compromiso, con los demás y con el mundo en general.

 

Antes que nada, debes saber que el aṣṭāṅga yoga forma parte de uno de los senderos del Yoga (raja yoga), la vía de la introspección. Este y otros senderos aparecen en mi artículo de “Los senderos del yoga”.

 

Escribe Isabel Ward para Yoga en Red

Etapas del aṣṭāṅga yoga

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Las ochos etapas del aṣṭāṅga yoga de Patanjali se describen del siguiente modo:

 

  1. Yamas: disciplina moral o ética;

  2. Niyamas: autocontrol;

  3. Asana: postura;

  4. Pranayama: control de la respiración;

  5. Pratyahara: retirada de los sentidos;

  6. Dharana: concentración;

  7. Dhyana: meditación;

  8. Samadhi: unión.

 

Las cinco primeras etapas (yoga externo: bahiranga yoga) están relacionadas con todo lo que te rodea: los objetos, el cuerpo, la sociedad… Es decir, lo de fuera. En cambio, las tres últimas (yoga interno: antaranga yoga) son un conjunto de prácticas cuyo propósito es que desconectes del modo objetivo y subjetivo con el que sueles operar a nivel mental y experimentes otros tipo de percepción.

 

Las etapas del aṣṭāṅga yoga de Patanjali suavizan tus asperezas mientras que reeducas la parte engorrosa de tu enorme ego para que alcances el «conocimiento extraordinario de ti mismo». Un proceso que no es sencillo de explicar, pero que te expondré de forma más ligera y contemporánea que la que se usaba en la India del s. II, fecha en la que Patanjali escribió su tratado de los Yoga-sutra.

Yamas

Los yamas son un código de conducta basado en la responsabilidad personal para que mantengas tu naturaleza instintiva bajo control. De este modo, mejorarás tus interacciones con las personas, con la sociedad y con el mundo que te rodea.

 

Aunque es probable que al principio los desarrolles como una práctica, ejerciendo control sobre tu comportamiento, poco a poco, los yamas se integrarán en tu personalidad. En otras palabras, actuarás de acuerdo a tus ideas.

 

Los cinco yamas descritos por Patanjali son:

 

  1. Ahimsa: no violencia, ni en el pensamiento ni en la acción;

  2. Satya: honestidad. Decir la verdad, pero expresada de forma amable, sin que sea causa de dolor;

  3. Asteya: no robar. No tomar lo que no se te ha dado;

  4. Bramacharya; responsabilidad y fidelidad sexual;

  5. Aparigraha: ausencia de codicia.

जातिदेशकालसमयानवच्छिन्नाः सार्वभौमा महाव्रतम् I

jāti-deśa-kāla-samaya-anavacchinnāḥ sārva-bhaumāḥ mahā-vratam

‘El gran voto (mahā-vratam) es la capacidad de seguir los cinco yamas independientemente (anavacchinnāḥ) de nuestra situación de nacimiento (jāti), ubicación (deśa), momento (kāla) o circunstancia (samaya) en la que nos encontremos’.

Niyamas

Los niyamas son un conjunto de actividades y hábitos con los que desarrollarás ciertas virtudes. Así,  generarás un estilo de vida acorde a tus aspiraciones individuales.

 

Los niyamas son:

 

  1. Shaucha: pureza, limpieza. Tanto en el cuerpo como en la mente

  2. Santosha: satisfacción. Aceptación de las circunstancias, aceptación de los demás. Es una felicidad que no depende de las circunstancias externas.

  3. Tapas: disciplina. El estrés positivo que nos ayuda a crear resiliencia y fortaleza. Por un lado tiene un componente físico y por otro incluye la práctica de lo que te resistes a realizar.

  4. Svadhyaya: estudio de uno mismo

  5. Isvarapraṇidhana: entrega o devoción a Ishvara, (Dios, Ser Supremo, Verdadero yo o Realidad Inmutable)

 

Los tres últimos niyamas (tapas, svadhyaya e Isvarapranidhana) se conocen como kriya yoga y son las prácticas que te guían hacia la disminución de los tormentos de tu mente.

 

En resumen los yamas y niyamas sirven para comportarte con consideración, cuidado y autenticidad.

Asana

Patanjali habla poco de la postura. De hecho, solo aparece en tres de sus sutras:

 

  • Sutra II.46 (sthira sukham āsanam): la postura debe ser cómoda y estable.

  • Sutra II.47 (prayatna śaithilya ananta samāpattibhyām): la postura se domina mediante la relajación del cuerpo y la atención en la respiración.

  • Sutra II.48 (tataḥ dvandvāḥ anabhighātaḥ): por lo cual los dos pares de opuestos cesan de tener cualquier impacto.

 

Al leer esta descripción no sabemos si Patanjali se movía mucho o sólo buscaba la completa quietud que requiere la posición de meditación. En cualquier caso, es aconsejable realizar una secuencia de asanas que te permitan mantener flexibles tus articulaciones, así como fuerte tu espalda y tu columna vertebral. En caso contrario, la postura de meditación se convertirá en un infierno y es probable que nunca llegues a dominarla.

Las asanas nos otorgan quietud (tanto física como mental), nos liberan de enfermedades y dan flexibilidad a nuestros miembros

Hatha Yoga Pradipika , verso 17

Lo que si nos deja claro Patanjali es que consideraba indispensable dominar asana para progresar en pranayama.

Pranayama

Si bien pranayama tiene que ver con la respiración, es una palabra sánscrita compuesta de:

 

  • prāṇá: fuerza vital o respirar.

  • iāma: control o extender la longitud (āiāma).

 

Por tanto, praṇayama puede referirse tanto al control de la respiración como a la extensión de la longitud de la vida.

 

Este es el motivo por el cual los yoguis convirtieron la respiración en toda una ciencia. Por medio del control de la inspiración, la exhalación y los periodos de retención de pulmones llenos y vacíos, se dieron cuenta de que la respiración modifica las constantes vitales y la actividad cerebral.

 

Cuando la respiración se mueve, la mente se mueve,

Cuando la respiración esta en calma, la mente esta en calma,

De este modo, al controlar la respiración el yogui alcanza la estabilidad

Hatha Yoga Pradipika verso 2, cap. II

 

Con las técnicas de pranayama conseguirás estar menos dispersa, aquietarás tu mente y mejorarás el rendimiento de tu atención. Tus acciones serán mucho más efectivas y no te pesarán las emociones. Por lo tanto, conseguirás los siguientes beneficios:

 

– Mejorar tu salud;

– Aumentar tu vitalidad;

– Equilibrar la actividad de tu cuerpo y mente;

– Aumentar tu atención para que puedas acceder a estados de mayor claridad mental.

 

Según dice Patanjali:

Praṇayama aparta el velo que cubre la luz del conocimiento y anuncia el principio de la sabiduría

Sutra II.52

Puedes leer más información acerca de la respiración en mi artículo sobre «cómo mejorar la respiración».

Pratyahara

La práctica de asana y pranayama es un proceso que culmina con pratyahara, ‘aislamiento sensorial’, porque la finalidad del yoga es liberarte de tus condicionamientos para que experimentes una realidad más profunda. En el proceso, tu olfato, gusto, tacto, vista y oído se retiran de los objetos externos y se dirigen a tu interior. Es aquí donde accederás a los obstáculos y los tesoros ocultos en tu mente.

El Yo no puede percibirse por medio de los sentido, los cuales desunidos, se dispersan aquí y allá y son difíciles de controlar para quienes no están preparados.

Mahabarata (12.194.58)

Hay muchas técnicas que te permitirán profundizar en este paso. Alguna de ellas son:

 

  • Trataka: fijar la mirada a un solo punto externo o interno

  • Nada yoga: práctica relacionadas con la vibración y el sonido.

  • Japa: repetición de un mantra,

  • Kirtan: canción o canto de estilo llamada y respuesta

 

Pranayama y pratyahara son el puente que te guiarán hacia el desarrollo de la concentración y la atención plena.

Dharana

En la India asocian a los monos con la mente. Puedes comprobar sus similitudes ahora mismo: trata de fijar la mente en un punto por unos minutos. A los pocos segundos, te darás cuenta de que es igual de inquieta que un mono. Y no solo porque se mueve de un lado a otro si no porque, además, le encanta causar alboroto como a la voz interior.

 

Este incesante flujo de pensamientos, producto de tensiones internas, disipa tu energía mental y te vuelve poco eficaz en las acciones que realizas en la vida diaria. Lo más grave es que te hace perder la orientación y el rumbo.

 

Sin embargo, si consigues canalizar toda tu energía mental en una única dirección, esta se vuelve muy poderosa. Hasta el punto de que te permite alcanzar la felicidad tan ansiada. Pero no es fácil domar a un mono y mucho menos si está loco. Por eso, hay que adoptar una actitud relajada, abierta, con la que invitas a la mente a descansar y a soltar cualquier tipo de esfuerzo.

 

En dharana puedes usar los mismos objetos que con pratyahara ya que ambas trabajan con el yoga interno.

Dhyana

Muchas personas creen que la meditación (dhyana) significa dejar de pensar. Pero, no es exactamente así. La meditación te abre a todo lo que sucede en este mismo instante, incluidos tus pensamientos, para que te integres con ellos, sin rechazar ni intentar cambiar nada.

 

Hay una antiguo cuento que refleja muy bien este proceso. Dice algo así:

«Había un rey que poseía un hermoso caballo salvaje al que los mejores domadores del reino intentaron domar. Emplearon las mejores técnicas pero tuvieron poco éxito. En cambio, un mozo de cuadra que todos los días se sentaba a contemplarlo, consiguió que el caballo se acercara mansamente. Al principio, solo podía tocarle el morro antes de que se alejase. Pero, poco a poco, el caballo se dejo acariciar y alimentar. Hasta que un día, sin esfuerzo, el mozo pudir subir a los lomos del caballo».

Dicen que «la mejor manera de llegar algún sitio es no tratando de llegar a algún sitio». Más bien es adoptando una actitud paciente y contemplativa. De este modo, ese caballo desbocado llamado mente se amansa y aquieta, Entonces, el esfuerzo de la concentración desaparece y, en su lugar, emerge la experiencia meditativa de forma natural.

 

Dhyana desemboca en una mente activa, despierta y libre de contenidos. No obstante, resulta más fácil si antes se domina yama, niyama, asanas, pranayama, pratyahara y dharana.

Samadhi

Samadhi es un estado de la mente que se alcanza mediante la práctica meditativa. En ese momento, te fundes con el universo en sí mismo. Algo similar ocurre cuando, por ejemplo, contemplas un paisaje maravilloso o estás con tu pareja y te sientes parte integrante del todo.

 

El término samadhi significa ‘paz omnisciente’, ya que la mente está completamente integrada en el flujo de acontecimientos presentes. Se caracteriza por un estado de total claridad, dicha y universalidad. Es decir, nada que ver con «estar en la parra».

 

El samadhi es el objetivo final tanto del hinduismo como del budismo. De hecho, es uno de los aspectos fundamentales en los que difieren estas dos tradiciones. Mientras que para el yogui el samadhi es la unidad con dios, para el budismo es el descubrimiento de la propia condición de Buda, o de uno mismo.

 

La concentración, la meditación y el samadhi son fases de un mismo proceso continuo de deconstrucción mental que Pantanjali denomina samyama (‘concentración profunda’). El resultado de este proceso es alcanzar una supraconciencia. Es decir, una conciencia superior a la habitual y que la ciencia está investigando en la actualidad.

¿Cómo recorrer las ramas del yoga?

Por supuesto, con mis clases de yoga, ya sea de forma presencial u online, en grupo o individual. El camino requiere perseverancia y supone todo un reto. Pero, gracias a mis clases, sentirás tal trasformación que no querrás perderte ninguna. Ponte en contacto conmigo a través de este enlace y deja que te conozca.

 

Para terminar, aquí tienes algunas escuelas y maestros cuyas enseñanzas engloban todos los pasos del aṣṭāṅga yoga:

 

– Swami Digambaranada Saraswati. Bindu Yoga

– Lula Cañas. Escuela de Yoga Amanecer

– Centro de yoga y meditación vipassana. Sala Dana

Bihar School of Yoga